David Stanbury

¿Quién es David Stanbury?
Me dedico a la fotografía de bodas y retratos en el noroeste del Reino Unido. Llevo 25 años en el negocio y, junto con mi esposa y socia, he tenido la suerte de fotografiar casi 1400 bodas en todo el mundo y ganar algunos premios por el camino. Soy profesor de fotografía e imparto talleres en el Reino Unido, Europa y América; además, soy juez internacional de fotografía y embajador y asesor para algunas de las principales empresas de fotografía. Me siento orgulloso de ser uno de los pocos fotógrafos del Reino Unido en tener un triple reconocimiento. El reconocimiento es la máxima cualificación que se puede obtener en el Reino Unido y he recibido un reconocimiento del British Institute of Professional Photography (FBIPP), la Society of Wedding & Portrait Photographers (FSWPP) y la Master Photographers Association (FMPA).

¿Cómo te convertiste en fotógrafo de bodas?
Sinceramente, creo que la fotografía de bodas me encontró a mí. Mi primera cámara me la compraron mis padres y mi padre me dijo: “vete a la escuela y aprende a usarla como es debido”. Así que, cámara en mano y con mucha emoción, me dedicaba a fotograr literalmente todo. Me sentía igualmente cómodo fotografiando personas y lugares, y las bodas me brindaron la oportunidad perfecta para hacer justo esto. Mi primera boda fue mi gran oportunidad, porque la pareja quería solamente imágenes en blanco y negro. En esa época, los profesionales se dedicaban a la fotografía en color y yo en la escuela tenía acceso a equipos de procesamiento e impresión. Así que en mi primera boda yo hice las fotos, las procesé y las imprimí en papel monocromo. Por muy disparatado que parezca ahora, mi propuesta comercial era que hacía fotografías para bodas en blanco y negro. A partir de entonces, nuestra agenda comenzó a llenarse rápidamente con nuevos clientes para bodas.

¿Cuál ha sido tu experiencia más increíble al hacer fotografías para bodas?
Bueno, he tenido la suerte de vivir una cuantas. Hemos fotografiado una boda donde la pareja celebró la ceremonia al aire libre sobre las laderas nevadas de una montaña en los Alpes franceses, otra boda con vistas a Florencia en Italia, pero creo que la más impresionante ha sido nuestro destino reciente en una impresionante playa en Sri Lanka y las celebraciones con la puesta de sol. Fueron unos días realmente especiales. Uno de los mejores aspectos de nuestro trabajo es conocer amigos nuevos y los amigos de Sri Lanka lo serán para siempre.

¿Qué hace falta para convertirse en un fotógrafo de bodas de éxito?
En mi caso, creo que se trata de tener tanta pasión por el día de la boda como la pareja que se casa y la capacidad de ofrecerles como fotógrafo la confianza de que puedes proporcionarles lo que llevan años soñando. Hay que tener claro que contar la historia del día de la boda consiste en capturar los momentos especiales, porque para mí los momentos adquieren importancia cuando pasan a ser recuerdos, y es muy importante practicar mucho porque hay que estar preparado para cualquier cosa y el día de la boda puede suceder cualquier cosa.

¿Tienes un papel fotográfico favorito? Y ¿por qué?
Me encanta el nuevo papel Fujifilm Professional Maxima Matte. En mis impresiones en papel me gusta un buen color blanco y un buen color negro, y con mi estilo de disparo quiero ese contraste cambiante, pero pudiendo ver aún detalles sutiles y la historia que cuentan mis tonos negros. El papel Maxima ofrece todo eso y, además, longevidad. Como he dicho anteriormente, mi fotografía tiene que durar generaciones y Maxima me ofrece justo lo que necesito. Ahora, como juez de fotografía, busco estas mismas características de las impresiones que evalúo. Muchas veces hemos visto en los concursos que algunas imágenes asombrosas han decepcionado por su mala calidad de impresión y, confía en mí, solo cometes ese error una vez. La fotografía es un negocio altamente competitivo.

¿Tiene alguna sugerencia y trucos para los nuevos fotógrafos?
Durante nuestros 25 años, la industria ha cambiado mucho y nosotros hemos tenido que cambiar con ella; desde ofrecer nuestros servicios a un mercado local hasta un mercado que es ahora realmente global. Lo mismo sucede con la presencia en internet, puedes llegar a clientes de todo el mundo. Pero hay algo que ha permanecido siempre igual: la importancia de la experiencia que nuestros clientes reciben de nosotros por el servicio que les prestamos. La fotografía de bodas es una inversión emocional y proporcionamos productos que durarán generaciones. Así que la manera en que prestamos nuestro servicio desde la primera impresión del cliente cuando lo conocemos por primera vez, hasta la fotografía el día de la boda y la presentación de su primer álbum de boda, deben ser aspectos primordiales y dejar a nuestros clientes con recuerdos maravillosos. A diferencia de otros géneros de fotografía, tratamos principalmente con clientes que quizá desconozcan la diferencia entre una buena fotografía y una mala, pero que saben la diferencia entre un servicio bueno o malo.

La fotografía de bodas no es, sin duda, para personas apocadas. Como fotógrafos de bodas, no disponemos de 8 horas para hacer un disparo y ni se nos ocurre pensar en poder repetirla, pero las recompensas pueden ser inmensas. No hay un sentimiento más gratificante que ser testigos de una pareja que mira con lágrimas en los ojos el álbum de imágenes que has creado para ellos, tocando y sintiendo las páginas que les llevan de nuevo a esos hermosos recuerdos y sabiendo que mucho tiempo después de que desaparezcas, las generaciones futuras atesorarán lo que tú has creado.

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